
¿El uso de mascarillas reduce la contaminación a la que están expuestos los ciclistas?
Por Jesús Miguel Santamaría, Catedrático de la Universidad de Navarra y director del proyecto LIFE+RESPIRA
Si bien en nuestra ciudad no resulta habitual ver a ciclistas o peatones llevando mascarillas, en las grandes ciudades, donde la contaminación derivada del tráfico resulta más evidente, sí que es frecuente el empleo de estos productos. Sin embargo, son muy pocos los trabajos científicos que hayan demostrado la efectividad de las mascarillas anti-contaminación, por lo que sus potenciales usuarios carecen de una información clara y fidedigna sobre qué tipo de mascarillas utilizar, su capacidad para retener los contaminantes y el beneficio que éstas pueden reportar.
Una de las acciones que se están desarrollando en el proyecto LIFE+RESPIRA consiste en probar la eficacia de una amplia variedad de mascarillas existentes en el mercado para reducir la exposición a los contaminantes atmosféricos. Del conjunto de contaminantes urbanos más comúnmente presentes en las ciudades se han escogido aquellos que constituyen un mayor riesgo para la salud: el material particulado y los compuestos orgánicos volátiles.
El trabajo experimental, que todavía proseguirá durante unos meses, comprende la determinación del denominado “black carbon” (hollín), las partículas de pequeño tamaño (PM10, PM2,5 y PM1) y las concentraciones de compuestos orgánicos volátiles (muchos de los cuales presentan propiedades cancerígenas).
Con objeto de recrear con la máxima fiabilidad posible el uso de mascarillas por los ciclistas, se ha diseñado un prototipo consistente en un maniquí en el que se han practicado unos orificios en la zona de la boca y a través de los cuales se succiona, a un flujo de 5-6 L/min, el aire presente en un garaje. Las condiciones que se dan en este recinto son similares a las situaciones a las que se enfrenta un ciclista en su día a día, con picos elevados de contaminación durante las horas punta (lo cual equivaldría a circular detrás de un vehículo) y momentos en que los niveles de contaminación son muy bajos (circulación en espacios abiertos y bien ventilados).
Los resultados obtenidos hasta la fecha indican que la eficacia de las mascarillas testadas es muy diferente en función de los modelos, con valores que oscilan entre un 15% y un 65% de efectividad. Asimismo, se observa que cuanto menor es el tamaño de partícula menor es la eficacia de las mascarillas. Este hallazgo es importante, ya que las partículas más finas son las más perjudiciales para la salud y son también las que se emiten en mayor proporción por los vehículos a motor.
Unan vez finalizado este trabajo se publicarán los resultados obtenidos junto con una lista de recomendaciones para que los usuarios de mascarillas puedan seleccionar aquellos modelos que resulten más eficaces para reducir su exposición a los contaminantes urbanos. Además, se espera que las empresas fabricantes de mascarillas puedan utilizar estos resultados para mejorar el diseño de sus productos, incrementando su capacidad para reducir la contaminación urbana.